Aunque está más asociada con los perros, en realidad cualquier mamífero la puede padecer e incluso en los gatos puede ser muy común.


La rabia es una enfermedad que se da en los animales y se transmite por mordedura a otro animal o a una persona. Aunque está más asociada con los perros, en realidad cualquier mamífero la puede padecer e incluso en los gatos puede ser muy común.

Para evitar que tu felino sufra, debes prevenir y uno de los métodos es la vacuna antes de los seis meses, y por supuesto el refuerzo que se debe realizar cada año.

Sin embargo, también es necesario aprender a identificar los síntomas de la rabia felina:

  1. Fiebre: es uno de los síntomas de la primera fase que suele durar algunos días, aunque no necesariamente se presentan todos. Para saber si tu gato tiene fiebre puedes observar si la nariz está húmeda, fijarte en la respiración y los latidos de su corazón para ver qué tan acelerados están. No olvides observar cómo se comporta y tomar su temperatura; si está arriba de 38 grados, debes consultar al veterinario.
  2. Bebe mucha agua: los felinos no son tan amantes del agua, así que si ves que bebe demasiada agua, entonces algo anda mal. Este síntoma también puede presentarse en la primera etapa, así que ¡cuidado!
  3. Cambian sus maullidos: si conoces bien a tu mascota entonces no habrá problema en identificar que los maullidos han cambiado, así que presta mucha atención si el sonido ya no suele ser tierno, sino agresivo.
  4. Pierde de apetito: una de las características de los gatos a nivel general es que son muy comelones (con algunas excepciones); debes preocuparte cuando veas que ha perdido el apetito aún si le ofreces su alimento favorito.
  5. Camina sin rumbo: esta actitud es parte de la segunda etapa, llamada furiosa. Se caracteriza por caminar sin rumbo como si estuviera ciego o desorientado. Puede acompañarse de alguno de los síntomas que vamos a describir.
  6. Se muerde a sí mismo: en la etapa furiosa el gato experimentará mucha comezón y es precisamente por eso que suele morderse a sí mismo.
  7. Es más agresivo: en la primera fase hay un poco de agresividad, pero en la segunda no disminuye ni cesa, al contrario continúa. En ocasiones los felinos que son dóciles cuando tienen rabia presentan un temperamento agresivo, mientras que los salvajes son lo contrario.
  8. Pierde coordinación: sus movimientos no suelen tener dirección o estabilidad por algunas afecciones musculares.
  9. Convulsiona: esta señal aún se presenta en la segunda etapa; comienza repentinamente, dura poco tiempo y finaliza de manera abrupta. Así que debes tener en la mira a tu mascota para que puedas actuar si observas este comportamiento.
  10. Tiene espuma en el hocico: esta es una señal clave que indica que el gato padece esta enfermedad tan común en los mamíferos.
  11. Parálisis: se observa parálisis en todo el cuerpo o en alguna parte. Sin embargo, aún tienes la oportunidad de rescatar a tu mascota.
  12. Dificultades respiratorias: en la última etapa el felino comienza a presentar algunas dificultades para respirar e incluso puede haber asfixia, lo que podría causar la muerte.

Es muy importante que siempre estés observador con los comportamientos que podrían ser inusuales en tu mascota. Ser precavido podría salvarle la vida.

Si observas en él alguno de estos síntomas, consúltalo con un veterinario.